3 de septiembre de 2010

Leyenda de Gustavo Becquer - La Cruz del diablo


Hace mucho tiempo atrás existió un grupo de moros que se apoderó de un pueblo. El líder de este grupo era un tipo desgraciado y temido por la gente del lugar.
Cierto día decide partir junto con varias de sus tropas de moros en una campaña por todo el territorio en busca de cristianos para matar.
El caso es que el tiempo pasó y el rey de los moros no volvió.
Pasaron 3 años... y el tirano volvió.
Volvió montando su caballo, acompañado por varios moros; llenos de tierra, como si vinieran de sobrevivir a una de las más terribles batallas.
Otra vez paso el tiempo.
No se sabe en realidad como ni por qué paso. Se cree que fue una venganza del diablo mismo. Pero cierto día en aquel lugar empezaron a pasar cosas muy raras.
Empezaron a enviar hombres a ver que había allí, pero no volvían.
La gente decidió acudir al padre Venancio. Él era el cura mas viejo del pueblo. Cuando el alcalde le contó los hechos al cura, éste le respondió que lo mejor era pedirle un consejo al santo. El santo era un hombre adulto que se llamaba Bartolomé.
San Bartolomé le dio una oración. El alcalde regreso y lo comunico al pueblo. Pero una noche el cura estaba durmiendo y escucho pequeños golpes, tumbaron la puerta y entraron el cura sintió un golpe por la espalda y cayó al suelo, a la mañana fue y lo conto al pueblo. La gente se organizó nuevamente para encontrar a Bartolomé o para dar con el bandido. No lo encontraron por todo el pueblo. Hasta que decidieron ir a la tierra maldita.
 Allí encontraron al hombre de la armadura .Entonces el alcalde decidió quitarle el casco para comprobar que no tenia cabeza. Más que terrible fue su impresión al ver el rostro de Bartolomé con un 666 en su frente pintado con sangre.
La gente decidió incinerar el cuerpo, para después enterrarlo y sobre el sepulcro colocar una gran cruz al revés para advertir que nadie se atreva jamás a acercarse allí, por ello la bautizaron la cruz del diablo.

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