3 de septiembre de 2010

Leyenda de Bécquer - El miserere


Hace muchos años, en una noche lluviosa y oscura, llegó a la puerta claustral un romero que pedía un poco de lumbre para secar su ropa, comida para satisfacer su hambre y una posada para pasar la noche.
 E l romero dijo que era músico y que en su juventud, la música le servía mucho para expresar sus sentimientos y pasiones y además en su vejes había convertido al bien las facultades que he empleado para el mal. Lloraba mucho que su sentimientos llegaron al corazón y sus ojos leyeron un libro en el que tenia un lindo salmo de David, que al leer sus párrafos era la mejor música del mundo; esto quiere decir que era el mejor miserere que el había escuchado ya que todos los miserere los escuchó y este era el mejor de todos. Pero un campesino lo interrumpió diciendo:
              -         No haz escuchado el miserere de la montaña
              -        ¿El miserere de la montaña?
Exclamó el músico. Si esa es la música mas maravillosa del mundo que se escucha en el monasterio mas famoso que limita con el horizonte del valle, en el que hace muchos siglo lo edifico un señor que puso como heredero a su hijo y al final de su muerte lo desheredo y el contrato a bandoleros y criminales para que destrozaran el monasterio y ahí es donde se escucha una música que parece que los monjes estuvieran cantando el miserere hermoso.
 Luego se van los campesinos y el músico donde se había encontrado el monasterio. Era un jueves santo, el mismo día que se repitió la música; hacia mucho frio.
Luego de varias horas se escuchó unas campanadas que hizo levantar a la gente y el monasterio se reedificó, luego vio a los esqueletos de los mojes que se levantaron desde las aguas y comenzaron a cantar los primeros versículos del salmo de David. El músico estaba pasmado por lo que había visto y además los esqueletos se formaron en piel propia y los arcángeles, ángeles y todos comenzaron a cantar hasta que retumbaron los oídos del músico y cayo en la tierra y no oyó mas.
Al día siguiente le preguntaron al músico si había escuchado el miserere de la montaña, el dijo que si y lo comenzó a escribir, pero al llegar a la ultimo versículo no supo que hacer y de tanto pensar se volvió loco y se murió.

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